Nunca me había planteado la
cuestión de cómo una obra había cambiado algo en mí, de cómo me había hecho
pensar de manera diferente o ver algo que antes no había visto.
Me he dado cuenta que la obra de Süskind me
ha llevado a reflexionar y a pensar que realmente estamos influidos por la
sociedad que nos rodea. En este caso el autor nos ha permitido al largo de la
obra ver e indagar en aquello que nos hace plenamente humanos y a su vez,
reconocibles a nuestros semejantes. Y es aquí cuando pensé, realmente, nunca me
había dado cuenta de cómo es de importante el olor, utilizamos muchísimos
productos, para, de alguna manera, camuflar parte de nuestra propia esencia.
Puede que lo hagamos inconscientemente y por ello digo que estamos
influenciados por nuestro entorno. Esto son acciones que ya desde pequeño nos
inculcan, acciones que en muchas ocasiones hacemos porque otros las hacen.
La sociedad, el lugar donde vivimos, de donde venimos, adonde vamos. En este caso,
París. ¿Por qué en París? Porque, era y es considerada la cuna de los perfumes
y eso nos permite reconocer la manera en que nos ha presentado la acción el
autor, la manera más perfecta y a su vez, antitética. La que nos permite oler
sin ser olido, guiarnos por lo intangible, Grenouille y su don, la perfección
de la ciudad en comparación con los propósitos de uno de sus habitantes; amor,
odio, asco, belleza. El espacio y el tiempo que entrevemos a lo largo de la
obra, le dan algo muy peculiar que tan solo un verdadero creador, podría
conseguir. El creador de la psicología de sus personajes, el creador de una
historia, y de aquello que ha llegado a nosotros mediante el arte, el arte de
crear, y cambiar.
Todo ello es causado, provocado y creado por palabras. Las sensaciones,
emociones y experiencias que hemos vivido a lo largo de la obra han sido
transmitidas por ellas mismas a través de lo negro sobre blanco, del don que
puede manipular al ser humano; las palabras. Alguna vez he oído; ‘’ quien domina
las palabras, domina al ser humano’’ y, en cierta manera, puede que sea así. El
arte de saber hablar, escribir y a su vez leer y escuchar para luego, con todo
ello, crear la combinación más perfecta de todas, la que uno mismo le da a su
propia vida a través, de su propio don.
