jueves, 22 de noviembre de 2012

Comentario de texto, Garcilaso.


SALICIO:

 

Por ti el silencio de la selva umbrosa,

por ti la esquividad y apartamiento

del solitario monte m'agradaba;

por ti la verde hierba, el fresco viento,

el blanco lirio y la colorada rosa

y dulce primavera deseaba.

 

¡Ay, cuánto m'engañaba!¡Ay, cuán diferente era

Y cuán d'otra manera

 

lo que en tu falso pecho se escondía!

Bien claro con su voz decía

la siniestra corneja, repitiendo

la desventura mía.

Salid sin duelo, lágrimas corriendo.
  

        Nos encontramos delante de un fragmento de la Égloga I de Garcilaso de la Vega (Toledo,1501-1536). De la Vega

fue un destacado autor del silo XXVI. Nació en una cuna aristocrática en Toledo y dedicó su servicio al rey Carlos I. Casado con Elena Zúñiga y enamorado, un año mas tarde, de una dama del séquito de Isabel de Portugal.
 
        El tema principal del texto es el amor expresado des de la melancolía y la tristeza, este se ve reflejado en el momento que el autor empieza con el, ‘’por ti’’.
La estructa externa consta de tres estrofas de seis, dos y trece versos respectivamente. En cuanto a la métrica de los versos predominan los endecasílabos pero también podemos encontrar heptasílabos entre otros, es una estancia.
  
Desde mi punto de vista está dividido en dos partes;
La primera estrofa forma parte de la primera parte donde describe a su amada utilizando la naturaleza, emplea el tópico de locus amoneus. A partir de los distintos recursos utilizados lo veo como la introducción. Esto lo hace con la omisión de verbos y la omisión de puntos, creando así, sensación de largo e “inacción”. “Por ti e silencio de la selva umbrosa, / Por ti la esquividad y apartamiento”…

Entorno bucólico pastoril expresado mediante: ''por tu la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y la colorada rosa y dulce primavera deseaba'' – repetición constante de epítetos, muy relacionado con la expresión del yo poético mediante la naturaleza. 
Y la segunda parte va desde el séptimo verso hasta el final donde presenta una manera de escribir  más melancólica, más triste, nostálgica, no omite los verbos y utiliza la exclamación, vemos reflejado el ‘’reprobatio amoris’’. Contrarresta al efecto descriptivo de la primera parte con las exclamaciones y los verbos de acción.
''¡Ay, cuán d'otra manera lo que en tu falso pecho se escondía!'' encontramos una metáfora, pienso que lo que quiere expresar es el desengaño, que lo que se encontró no era lo que se esperaba, que era lo contrario, una falsa ilusión se había apoderado de él.
''La siniestra corneja, repitiendo la desventura mía''- la siniestra corneja, su vuelo a la izquierda se consideraba mal presagio, entonces podemos considerar que es una repetición al volver a referirse a la desventura.  
''Salid sin duelo, lágrimas corriendo''- expresa la melancolía, la tristeza.
 Este autor, perteneciente al Renacimiento, al renacer de esa itología grecolatina, es decir grega y romana. Por eso, muchos escritores, entre los cuales encontramos este poeta utilizan tópicos clásicos como el Carpe Diem, Beatus Ille y Locus Amoenus (que explicaremos con detenimiento más adelante)
Para terminar, podemos decir que gracias al enamoramiento que tuvo lugar hacia Isabel Freire algunos de sus sonetos y la Égloga I (de la cual forma parte este fragmento). Al formar parte de la orden de Álcantara conoció a su gran amigo Juan Buscan a través del quien Garcilaso desarrolla un gran aprecio hacia el valenciano Ausiàs March, que dejó alguna huella en su obra. 

En este caso decimos que el amor se relaciona con la naturaleza, presentada en su perfección con el tópico de locus amoenus como reflejo del mundo interior del yo poético, refugio de su dolor, ante el que ella se compadece o se siente incapaz de calmarlo.  El tema por excelencia de la lírica garcilasista es el amor, expresando desde la melancolía y la tristeza por la frustación o la ausencia de la amada.

Y ya, para terminar, decimos, que el poeta del que estamos hablando representaba el ideal renacentista, hombre de armas, pero también ''culpable'' de formar parte de aquellos que crearon las palabras más bellas de la lírica española.

 

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